lunes, mayo 30, 2005

Una mujer notable y una decisión acertada

Una mujer notable y una decisión acertada


A contracorriente

Hay momentos en que los análisis son bienvenidos y otros en los que deben esperar para que sean de verdadero provecho. Recién producido el retiro de la candidatura de Soledad Alvear tal vez, sí, sea la ocasión de decir algunas cosas indispensables, incluso a contracorriente.

Ahora es cuando es posible decir algo que pueda ser escuchado sin suponer intenciones. Y es que, así como Insulza es uno de los políticos más hábiles con los que el país cuenta, del mismo modo, se puede reconocer que, dejando aparte a los presidentes, Soledad Alvear es el personaje de la Concertación que mayor aporte individual ha realizado individualmente a reformas trascendentes, iniciadas y finiquitadas.

De manera que nos encontramos con una mujer de valor poco usual, con méritos indudables y de una calidad humana que inspira respeto.

Digo esto, porque no se debe desaprovechar la ocasión de reconocer méritos, más aun cuando no pueda ser confundido el gesto con el halago fácil que se prodiga a raudales a los victoriosos.

Los líderes se escogen porque saben tomar decisiones adecuadas en el momento oportuno. Aún en las circunstancias más difíciles. La capacidad política de Alvear ha quedado en evidencia en la oportunidad y forma en que escogió para declinar su candidatura.

En efecto, Alvear no incluye un solo elemento negativo en su declaración, tan clara como breve. Hace de su gesto una oportunidad para su partido y un espaldarazo para la Concertación y para Michelle Bachelet.

Se podrá discutir hasta la saciedad si la candidatura debía o no continuar y con qué propósito, pero desde luego era la candidata misma la que estaba en mejores condiciones de evaluar hasta dónde se podía mantener una campaña acompañada de credibilidad y con espacio suficiente para seguir moviéndose.

Tengo el convencimiento de que la decisión fue acertada y que será de beneficio para la Concertación, que perjudicará las opciones de Piñera y de que, en particular, será de beneficio para el PDC.

Los tres beneficiados

El paso dado es de beneficio para la Concertación porque, para mantener apoyo popular frente a una derecha que se diversifica, hay que hacer muy visible la pluralidad del conglomerado de gobierno, moviéndose en forma mancomunada.

Hay gente que vota por partidos, pero cada vez son más los que se definen simplemente como adherentes a la Concertación. Estas personas necesitan constatar la unidad básica de propósitos que le da sentido a su opción.

Si Soledad Alvear se hubiera mantenido en carrera, se habría visto obligada a marcar las diferencias más allá de lo real y de lo prudente. La alternativa era hacer “como si” estuviera compitiendo. Ambas alternativas llevaban hacia un desastre y a una transferencia neta de apoyo a la derecha, cosa que ahora no se producirá.

Con esto la “Chol” demostró lo verídico que resultó ser una de las ideas-fuerza de su opción presidencial, es decir, que es una “mujer de Estado”. Ni más ni menos.

A alguno le pudiera sorprender que el otro perjudicado resulte ser Piñera. Pero no lo es tanto. Con su decisión, Alvear le acorta al candidato de RN el tiempo que dispone por delante.

Mientras estuviera en curso el proceso las primarias, el empresario podía especular con la creciente transferencia de la votación DC a su favor. Superara o no a Lavín en las próximas semanas, no importaba tanto porque podía decir que le faltaba bastante por crecer. A partir de hoy nada de esto es posible. Tiene la necesidad de respaldar con pruebas su especulación inicial y para eso le quedan pocas semanas.

Se puede separar el mito de la realidad en un lapso breve. Piñera es un candidato del gusto de la elite. Tiene vínculos con la Concertación y con la DC. Tanto es así, que no pocos dirigentes oficialistas, asimilaron bien lentamente la idea de que era, ahora, candidato de la derecha. Bien tontamente algunos lo saludaron como una especie de “candidato bueno” de la oposición. Todo porque aun pensaban en Lavín como el único candidato a enfrentar. Un desatino por donde se le mire.

Ahora Piñera hará su máximo esfuerzo. Pero si en un mes no supera a Lavín, ya no lo superará en adelante, y cada cual sabrá desde ya a qué atenerse en el futuro.

Por cierto, el otro beneficiario con la decisión es el PDC. Para este partido la elección parlamentaria reviste la máxima importancia. El inicio de la campaña en distritos y circunscripciones, teniendo en curso una desigual competencia presidencial en la Concertación, no llevaba a nada bueno. La tensión entre intereses particulares y lealtades partidarias era creciente, por lo cual el alivio parlamentario por el pronto desenlace es evidente.

Los parlamentarios DC llevarán a su partido a obtener un buen porcentaje de votos, gracias a que Alvear tuvo la generosidad de pensar en los demás. Llegarán a la competencia a tiempo y sin desgaste. Lo triste del asunto (y un síntoma que no hay que olvidar), es que la candidata presidencial entró tarde a la competencia (cuando gran parte de los votantes de la Concertación ya estaban decididos) porque en su propio partido se consumió tiempo irrecuperable entreteniéndose en mezquindades. Aunque sobre esto ya no hay nada más que decir o hacer.

El alma y los engranajes

La Democracia Cristiana tiene que aprender de su historia reciente. La principal lección es que, no importando lo que suceda, debe reaccionar junta y a tiempo. Las recriminaciones consumen mucha energía y nunca han ayudado a ninguna comunidad a superar una situación difícil.

Hay partidos que valen por sus éxitos. Estos viven al día. Así, de sufrir una derrota o un traspié, de inmediato tambalean. Tal vez basta para ser un partido grande (por una temporada, se entiende). Pero para ser un gran partido se requiere algo más. No bastan los intereses, se necesitan ideas inspiradoras. No se puede confiar en la pura habilidad táctica, es imprescindible contar con proyectos.

Alvear dejó la candidatura, ¿puede dejar el liderazgo vacante? No sin fallarle a la gente que depositó su confianza en ella. En el PDC hay buenos líderes internos, pero no los hay tantos como para presentarse con ventajas ante los ciudadanos en la ocasión que le pidan. Tiene que cuidar los que posee.

La DC tiene muchos tácticos, políticos experimentados, eficientes administradores y así por delante. Le faltan aquellos se explican y representan al razón de ser de esta opción política.

Cuando la Falange estaba relativamente sola en el centro político, definirse como centrista bastaba. Ahora no hay un solo actor relevante que no este en el centro. Hay un cierto hacinamiento político en la misma posición que hace que nadie sea imprescindible por necesidad. Es la vigencia lo que está en juego.

Algunos saben como sacar a flote al partido. Pero otra cosa es saber en qué dirección hay que salir nadando. Pueden tener pequeños triunfos, pero está claro que no saben que hacer a partir de allí. La ingeniería política es muy importante, pero sin alma es un engranaje al que le falta el propósito.

Este no era el tiempo para Alvear. No si se le mide en lo inmediato. Pero siempre llega el tiempo en que se valora la consecuencia y temple, ¿no es este el ejemplo de Frei Montalva y de Allende? Ellos perdieron pero no abandonaron el camino. Fueron más admirables cuando parecían ir a contracorriente. La derrota es la medida de los mediocres. Puede que cambien las épocas, pero hay cosas que no cambian. El tiempo siempre llega para los que siguen en el camino.